Fuentes de agua para ciudades del sur en peligro
Textos: Elmer Mamani, Melissa Valdivia y Rufino Motta
La protección a la laguna Piuray en Cusco es un caso excepcional. La Empresa Prestadora de Servicios (EPS) Sedacusco invirtió en cuidar esa fuente. A través de la ley de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos (Merese), acumuló un fondo, el cual es pagado por los usuarios. Eso le permitió desarrollar infraestructura verde para cuidar Piuray. Sin embargo, las otras 12 EPS del sur avanzan a paso muy lento.
Juan Carlos Córdova estuvo en Piuray. La Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) llevó a un grupo de gerentes, para que observara esta siembra y cosecha de agua que promueve Sedacusco. “La situación en Arequipa es más compleja”, sostiene Córdova, gerente general de Sedapar.
Esta EPS es un usuario más entre los que hacen uso de las aguas de la cuenca Quilca-Chili; estas también sirven para el riego agrícola y el uso minero, energético e industrial.
Sedapar capta el agua del río Chili para tratarla y suministrarla a la ciudad. El principal reto está en su sistema de represas. El 30% de la capacidad de estos embalses se llenó de barro. Eso redujo su aforo.
Además, este recurso empozado contiene algas y metales. Por ejemplo, los diques de Chalhuanca y Pañe tienen algas, y el de Bamputañe posee niveles elevados de hierro y manganeso. Los usuarios de Arequipa ya probaron el recurso afectado (mal olor y sabor) por algas en 2014. El problema lo originó el agua almacenada en la vieja represa de El Pañe. “No queremos que se repita este problema”, apunta Córdova. Asimismo, el vaso regulador de todo el sistema es Aguada Blanca y es otro problema grave. Si sigue acumulando sedimentos, en 17 años más perderá el 75% de su volumen útil.
Sedapar está rezagada y aún no cobra a los usuarios por los Merese. El coordinador regional de la Sunass, Saúl Alire, espera que en 2020 ya empiecen a recaudar fondos y construir infraestructura verde. Su nuevo Plan Maestro Optimizado (PMO), donde se incluye el reajuste tarifario para los Merese, es evaluado por Sunass.
Por lo pronto, se tienen listas las dos fichas técnicas para mejorar la calidad y la cantidad de agua. Se le encargó a Descosur su confección. En la primera, intervendrán en la zona regulada de la cuenca; es decir, donde están las represas. El objetivo es mejorar el recurso que almacena Aguada Blanca ampliando bofedales, instalando espejos de agua y microrrepresas, y reforestando con tola; esto, en las comunidades de Huayllacucho (San Juan de Tarucani) y Tambo Cañahuas (Yanahuara). Así impedirán que se colmate más. Una reforestación en los alrededores evitará que, en tiempo de lluvias, el ingreso del agua con lodo y piedras caiga en la infraestructura. Invertirán S/ 10 920 556.
La otra iniciativa sería ejecutada en la cuenca no regulada. Sedapar brinda el servicio a una parte de esa población con manantiales. Ejecutarán los mismos trabajos, pero en los distritos de San Juan de Tarucani, Chiguata y Characato. Añadirán la plantación de queñua en las laderas del volcán Pichu Pichu. Todo esto demandaría S/ 5 054 348. Estas iniciativas las evalúa Sedapar. La pelota está en su cancha.
Desinterés en Puno
La decisión política y administrativa es importante para empujar los Merese, algo que no se advierte en todas las EPS del Altiplano. Al momento, ninguna aplica esta ley que rige desde el 2014. Puno tiene cinco empresas. Las únicas que muestran interés, son EMSA Puno (Puno) y EMAPA (Yunguyo). El especialista ambiental de la Sunass en Puno, Luis Mamani Quispe, sostuvo que les otorgan asistencia técnica ante su falta de especialistas. La primera presentará su PMO este mes e incluirá los Merese. La otra no define fecha, pero sigue ese camino.
SEDA Juliaca (San Román), Aguas del Altiplano (Ayaviri) y NOR Puno (Azángaro y Huancané) también faltan. La más grande es SEDA Juliaca y, por conflictos administrativos, ni siquiera renueva su ya caduco PMO.
¿Cuáles son los problemas en Puno? EMSA Puno y EMAPA tienen como principal proveedor al Titicaca. El primero se abastece con este del 80% de su demanda de agua. Sin embargo, el lago tiene problemas de calidad por formación algar y la presencia de metales. Sunass y el Instituto del Mar del Perú (Imarpe), notaron que la aparición de algas sería por la proliferación de criaderos de trucha y los vertimientos de aguas residuales.
Por ahí apuntaría la intervención con los Merese. Con el fondo financiarían estudios para determinar acciones a mediano plazo. En SEDA Juliaca, que se abastece del río Coata, hay problemas para tratar el líquido con metales pesados.
Un paso en EPS Moquegua
En la región de las paltas, operan dos EPS, la de Moquegua e Ilo. La primera abastece del líquido potable a 21 000 usuarios del distrito de Moquegua y cuatro centros poblados. No llega a todas las localidades. La coordinadora de la oficina de enlace del Ministerio del Ambiente, María Barrios, informó que distritos como Samegua consumen agua a medio tratar.
La entidad utiliza el recurso de la represa Pasto Grande y la cuota la completa con el río Tumilaca, pero las aguas del embalse cobijan metales de procedencia natural y antropogénica. Barrios añade que los bofedales, que contribuyen a alimentar la presa, se van agotando. “Esto, por efecto del calentamiento global”.
La implementación de Merese en la EPS Moquegua empezó. El fondo se acumula desde marzo y no supera los S/ 30 000. Para su gerente, Raúl Linares, la empresa solo se encargaba de captar el agua, tratarla y distribuirla; pero, con los Merese, se añade una función más: conservarla. Aún no se decidió qué proyectos se implementarán. Linares adelantó que utilizarían el dinero para la recuperación de los bofedales y acciones de reforestación.
La EPS Ilo también capta de Pasto Grande. Aunque no interviene su fuente, la Sunass aprobó el proyecto de actualización del plan tarifario. De lo que pagan sus usuarios, el 1% se destina al fondo.
Situación grave en Tacna
La situación es más grave en Tacna. La oferta de agua bordea los 700 litros por segundo (l/s), pero la demanda sobrepasa los 1100 l/s. Es decir, hay un déficit de alrededor de 35%. La EPS Tacna toma el recurso de dos cuencas de Uchusuma y Caplina, además de aguas superficiales y del subsuelo en la zona andina (provincia Candarave). Con ello entrega el servicio a 92 mil usuarios.
Sus fuentes no tienen solo problemas de cantidad, sino de calidad. Hay presencia de metales porque viene de territorios mineralizados y volcánicos. Pese al proceso de potabilización de la planta Calana, cada cierto tiempo los usuarios se quejan de que se entrega agua con arsénico. El Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento levanta una nueva planta en la zona, pero ésta se quedó paralizada en un 32% de avance por inconvenientes con la contratista. También afrontan restricciones en la dotación. Hay pobladores que cuentan solo por 16 horas de líquido elemento en sus casas.
El Gobierno Regional de Tacna tiene planeado solucionar esto con el proyecto de Vilavilani 2, pero está paralizado. Buscan traer 500 l/s de agua de los ojos ubicados en la provincia de Tarta mediante un sistema de bombeo y canalización. El proyecto pretende cubrir el déficit existente y brindar una mejor calidad de vida para la población.
Para el coordinador regional de Sunass Tacna, Elvis Llanos, se debe priorizar el cuidado de otras fuentes. La EPS Tacna cobra un promedio de S/.0.45 por usuario para el fondo de retribución, pero el monto recaudado aún no alcanza como para hacer importantes acciones.