Efímera y frágil. Aislada de todo contexto y de espaldas a toda reflexión, la cobertura televisiva de la campaña por las elecciones regionales y locales de octubre 2018 fue breve y superficial, según el Observatorio Universitario de Medios; apenas una sucesión de eventos en los que participaron casi siempre los mismos personajes.
Prestando más atención al árbolque al bosque, la prensa televisiva pareció haber renunciado a su rol promotor del ejercicio ciudadano responsable, durante la cobertura de la campaña por los gobiernos regionales y locales. Lejos de vincular el proceso electoral vigente con los temas ligados a la corrupción que habían sido materia de titulares algunas semanas antes, los seis canales observa-dos optaron por tratar ambos asuntos de manera independiente y por separado. “Pese a que el contexto clamaba por ese tipo de información, el financiamiento de las campañas no fue abordado. Hubo escasa investigación. Ya que había elecciones, se informó sobre las elecciones, pero no hubo nada más allá, algún aporte de los diferentes medios periodísticos para alimentar la opinión pública o despertar la conciencia ciudadana”, comenta Paul Maquet, integrante del equipo docente del Observatorio.
Así mismo, el académico destaca que también en cuanto a su peso en la agenda mediática, las últimas elecciones resultaron bastante anómalas, pues la apatía y el desinterés que por ellas mostró el electorado hasta pocos días antes del 7 de octubre, pareció tener un correlato en la poca atención que la prensa prestó al proceso, comparada con la que brindó a otros temas políticos, de los que apareció divorciado.
Este interés reducido se expresó no solo en los espacios dedicados al tema, sino en la superficialidad de la información ofrecida, ya que fue la nota informativa simple –aquella que se concentra en un hecho y en sus protagonistas directos, pero que carece de antecedentes o de diversidad de fuentes– la que ocupó casi la mitad de la muestra. Gran peso tuvieron también los breves –notas de 30 segundos sin participación directa de las fuentes– y las transmisiones en vivo de actividades como mítines o visitas de los candidatos. “No vamos a decir que la nota informativa y el breve no son importantes, pero el desequilibrio con otros formatos que permiten mayor profundidad fue notable. En un contexto electoral, esto significa que hay poca oportunidad para poner en discusión los temas políticos de fondo que se deciden en una elección, aquellos sobre los cuales el elector tiene que decidir”, anota Maquet. Cabe destacar, en tal sentido, que de las 247 noticias que recogieron asuntos electorales, apenas un 8% recogió propuestas de los aspirantes a convertirse en autoridades.
Como ha venido sucediendo en elecciones anteriores, esta vez tampoco resultó elegido aquel candidato que tuvo mayor presencia en los canales observados. El ahora alcalde de Lima, Jorge Muñoz, tuvo una mínima presencia, mientras que Daniel Urresti y su partido, Podemos, protagonizaron la mayoría de noticias. Estas no necesariamente fueron favorables, pues aludieron la falsedad de las firmas presentadas por dicha agrupación para inscribirse ante la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), así como el proceso Bustíos. “Con qué criterio los medios asignan las prioridades de cobertura periodística de los candidatos, es una cuestión que merece ser discutida. Parece que se guían por las encuestas, en primer lugar, porque ocuparon más espacio los que estaban primeros en las mediciones. Se genera, entonces, un círculo vicioso, porque ¿cómo van a figurar en las encuestas los ausentes, si no figuran en la televisión?”, reflexiona el investigador, antes de hacer mención a la necesidad de garantizar equidad no solo a nivel publicitario, sino también en el ámbito periodístico.
La aparición de apenas tres candidatos distritales de Lima y dos regionales, así como el hecho que 79,75% de las noticias estuvieran referidas a las elecciones del futuro alcalde capitalino arrojan nuevamente el mismo centralismo que apareció durante el estudio que se hizo de la cobertura sobre el Fenómeno de El Niño Costero. Aunque la observación tiene el límite de acceso a los contenidos de los bloques locales que emiten las repetidoras de las emisoras de señal abierta, en la muestra observada sí es notable este desequilibrio, incluso en TV Perú, el canal del Estado, cuya labor supuestamente es un servicio público. “En cualquier caso, pensamos que se puede mejorar la representación de las regiones. Porque tampoco se trata de que los que están en sus regiones solo vean lo que sucede a nivel local, y el público de Lima necesitaría también tener una visión más amplia de su propio país”, reclama Maquet.
Mediciones desde el punto de partida
Los informativos de seis canales de televisión –tres de señal abierta, dos del cable y el estatal– conformaron el universo al que el Observatorio Universitario de Medios prestó su atención en esta oportunidad. El período de estudio fueron las dos semanas previas al día de las elecciones y las ediciones seleccionadas fueron las nocturnas, pues estas suelen ocuparse de lo sucedido durante la jornada.
Así, pues, en diez días de grabación, se obtuvo una muestra de 959 noticias, de las cuales 247 abordaron el tema electoral (25,75%). Estas fueron clasificadas, según su contenido, en tres categorías: las que hicieron un seguimiento a las actividades propias del proceso (70,85%), las que abordaron los antecedentes de los candidatos (21%) y las que ofrecieron información sobre las propuestas o planes de gobierno (8%).
Del mismo modo, se prestó atención al ámbito territorial al que se refirieron las noticias y se pudo constatar que aun tratándose de elecciones regionales, Lima siguió estando en el foco (79,75%) incluso del canal estatal, cuya señal de servicio tiene alcance nacional.