Los fake new, o noticias engañosas, han existido mucho antes que la masificación de Internet. Con la emergencia de las nuevas tecnologías de la información, se han expandido a lo largo de las webs y han invadido las redes sociales. Incluso, replicados por políticos y autoridades en sus declaraciones.
Una de las características es su aparente verosimilitud con la realidad. A menudo son tomados por ciertos e influyen en las decisiones de la ciudadanía.
“El término correcto es fenómeno de la desinformación. No es información en sí. Tiene un sesgo para ocasionar un perjuicio. Es una expresión que refleja la esencia del fenómeno, que intenta introducir elementos abiertamente distorsionados para producir un efecto adverso en la escena pública”, analiza David Hidalgo, director y cofundador del medio digital Ojo Público.
En efecto, expertos en la materia advierten lo peligroso que son por sus efectos nocivos contra las instituciones democráticas y la confianza hacia los medios. La ciudadanía cada vez cree menos y moldea lo que aparece en las redes sociales según sus creencias personales, sin importar si son ciertos o no.
Ante esta necesidad de distinguir entre lo verdadero y lo falso, el periodista debe reaparecer como el filtrador de lo informativo y lo desinformativo en una noticia, indica Hidalgo. Además, señala que la principal arma se encuentra en un viejo elemento del oficio: la verificación. Nunca antes este principio había tomado tanto valor en la era de la información.
La verificación no tan solo permite corroborar si una publicación que circula en redes es verdadera o no, sino retoma la confianza de la audiencia. La experiencia de Ojo Biónico, un espacio de fact-checking del portal Ojo Público, tuvo un impacto positivo: los políticos a la hora de declarar ante la prensa tratan de ser más precisos.
Por otro lado, el periodista debe tener un rol más activo con el flujo de información que existe en Internet. “Debe estar en una búsqueda permanente del rigor, de la actualización, de conocer nuevas formas para mejorar su trabajo y poder recuperar la atención perdida. Debe convertirse en una fuente de información sólida”, recomienda.
Cinco pasos para la verificación de la información
El periodista David Hidalgo aconseja cinco pasos para verificar si una información es verdadera, falsa o engañoza.
- Identificar el dato. Es el punto de partida. El periodista primero debe identificar si lo que va a verificar es un hecho, dato o afirmación categórica. Hidalgo indica que no es posible comprobar una opinión. Si se encuentra ante uno, descártalo.
- Identificar el origen de la información. El siguiente paso permite saber la procedencia de la información. Si estamos ante una declaración es importante saber cuándo, dónde y quién lo dijo. Por otra parte, si es un dato o hecho, lo primero que se debe tener en cuenta es dónde ocurrió y fue publicado.
- Verifica el contenido. Es el paso primordial del proceso. Se requiere de toda la riburosidad del periodista. Debe precisar los datos, hechos y afirmaciones a verificar. Luego, hacer las consultas pertinentes: llamar a la persona que dio la información, contrastar con datos oficiales, comprobar cifras y cálculo, preguntar a los especialistas. En esto último, Hidalgo recomienda tener las consultas de tres fuentes distintas.
- Contextualizar. Permite conocer si una información aparentemente correcta, dicha en un contexto, termina siendo engañoza o no. Las intencionalidades de la difusión de un hecho o afirmación se vislumbran cuando se le tiene enmarcado.
- Presenta las evidencias. Si seguiste todos los pasos presentados, estarás en posibilidad de publicar las pruebas para determinar si una información es verdadera, falsa, engañosa o no verificable. Es necesario que el periodista detalle el procedimiento que usó. Dará mayor sustento a su verificación.
Debe estar conectado para enviar un comentario.