En el Perú, se acusa que con la llegada de venezolanos ha crecido el número de sucesos delictivos. Sin embargo, la cantidad de internos venezolanos en las cárceles del país no llega al uno por ciento si comparamos con la población total de migrantes. ¿Hay una relación entre migración e inseguridad ciudadana? ¿O simplemente es un pánico moral? Los profesionales en criminología hablan sobre el tema.
Es frecuente ver en los noticieros y en las redes sociales que la policía capturó a un venezolano robando en un establecimiento comercial o que atrapó a otro en las mismas circunstancias. Si bien estos reportes son casos aislados, ha generado en la población desconfianza hacia la comunidad venezolana. Incluso, hay quienes los asocian como delincuentes, causantes de un clima de inseguridad en las calles. ¿Tendrá alguna relación el desplazamiento venezolano con el crecimiento de sucesos delictivos?
Cuatro especialistas se reunieron en una mesa para discutir y analizar sobre el tema, en el marco del taller “técnicas y herramientas para la cobertura periodística sobre contexto de movilidad humana en América Latina y El Caribe: caso Venezuela”.
Al respecto, la criminóloga Maholy Sánchez hizo referencia a la situación penitenciaria en el país. De los 95 309 internos, son 1 416 extranjeros que están hacinados en las cárceles, dentro de los cuales 555 son venezolanos, que reflejaría menos del 3 % de la población total recluida. Y si encima se compara con la cantidad de migrantes venezolanos que han ingresado al Perú, representaría el 0.06 %.
“Ni siquiera es el uno por ciento. No podríamos decir entonces que ha interferido de manera directa en el crecimiento del índice delictivo”, aseguró la especialista.
Del mismo modo, Víctor Quinteros, exdirector de Seguridad y Criminología del Ministerio de Justicia, coincidió con Sánchez, que no hay evidencias que prueben que con la llegada de venezolanos se haya desatado olas de criminalidad. Señaló que si bien es cierto que la cantidad de los sentenciados venezolanos en términos absolutos se ha duplicado, el incremento se da sobre una base que se registra desde el año pasado. Sin embargo, sí tendría una relación directamente proporcional con la entrada de migrantes.
“El incremento de 8 mil a 800 mil venezolanos en el Perú explica también el aumento en el sistema penitenciario, porque entran personas que en su país de origen estaban dentro de un contexto delictivo”, explicó.
En ese sentido, el especialista en seguridad ciudadana Julio Corcuera indicó que toda estadística debe examinarse dentro un contexto. Por tal motivo, recomendó a los periodistas tener cuidado cómo presentan las cifras y los sucesos en las noticias, ya que muchas veces, sin proponérselos, acentúan el clima de inseguridad en la ciudadanía.
Un crimen mediatizado
En setiembre pasado, un hecho aterrador tomó relevancia en los noticieros y portadas de medios periodísticos. Un asesinato llevado a cabo por una banda criminal dentro de un hostal de Lima estuvo en la agenda mediática durante dos semanas. Más allá del desenlace, la noticia impactó en el público. Como los perpetradores eran venezolanos, se empezó a generalizar de la misma manera a la comunidad venezolana llamándolos “descuartizadores”.
Sobre ello, Sánchez comentó que los medios informativos abordaron solamente el asesinato, pero que ninguno explicó el contexto en el que estaba envuelto el hecho. Para la especialista no fue un caso aislado, pues venía asociado al crimen organizado. Sin embargo, ningún noticiero se refirió a ello, sino alentó a la aparición de estereotipos contra una población que ha sido positiva para el país.
Quinteros, por su parte, sostuvo que para realizar la cobertura de un crimen el periodista debe tomar en cuenta ciertos factores: dar detalles sobre el contexto socieconómico y social como es la situación de vulnerabilidad que se encuentran peruanos y venezolanos, también, hacer énfasis en los facilitadores del delito como el tráfico ilícito de armas y de drogas. “Hay que hacer responsable y precisos para comunicar una noticia como estas”, recalcó.
El pánico moral
Existe una perspectiva que busca responsabilizar al “otro” de nuestros problemas más comunes y complejos, dijo Julio Corcuera para explicar el discurso de muchos peruanos que asocian la migración venezolana con la inseguridad ciudadana. Expuso que, antes de la llegada de los venezolanos, los colombianos eran el foco de atención.
Para Feline Freier, investigadora de la Universidad del Pacífico, lo explicado por Corcuera puede entenderse como pánico moral, que es el rechazo de un grupo de personas ante el comportamiento cultural extranjero, que puede representar en ellos una amenaza a la sociedad.
Según Freier, el pánico puede durar meses y son reincidentes. “Son olas de miedo que están dentro de un contexto”, dijo. Detalló que se expresan en términos como “decadencia”, “crisis”, “monstruos”, y que muchas veces son recogidas por los medios de comunicación.
Alertó que los periodistas deben ser cuidadosos de no hacer eco de ese miedo, pues puede amplificarlas a otros campos como la política.
Asimismo, Maholy Sánchez agregó que si la información que circula en redes tiene cabida en los portales informativos, pero no es tratada con responsabilidad tendrá un efecto negativo en la percepción de los ciudadanos, quienes exigirán “mayor represión en las políticas migratorias”.