Paul Maquet, periodista de profesión y miembro del equipo docente del Observatorio Universitario de Medios, explica el trabajo de esta institución, que es una alianza entre la Universidad Antonio Ruiz de Montoya y la Fundación Mohme, a partir del análisis de los contenidos de los medios que realiza con el fin de que la ciudadanía acceda a información de calidad y de esta forma se contribuye a reforzar los elementos de la democracia en el país.
¿Qué es un observatorio de medios?
Es un ejercicio que consiste en mirar a los medios de manera ordenada a partir de una serie de preguntas y preocupaciones. Del monitoreo se obtiene información y se llega a saber de qué modo los medios abordan las temáticas informativas y luego se presentan propuestas para que la ciudadanía reciba contenidos de calidad.
¿Cómo beneficia el OUM a los estudiantes y a la ciudadanía en general?
Por un lado los estudiantes aprenden técnicas que les permitan acercarse a la realidad con criterios metodológicos para investigarla y sacar conclusiones acerca de ella y este procedimiento al mismo tiempo es una práctica formativa porque les permite reflexionar críticamente sobre la labor de los medios que va a ser la labor de ellos toda vez que la mayoría son estudiantes de periodismo que, cuando lleguen a un puesto de trabajo van con una formación autocrítica acerca de cómo debe ser una cobertura noticiosa.
Para la ciudadanía en general lo que a nosotros nos interesa es que estos datos, que obtiene el Observatorio, se pongan a disposición del público, de los medios, de las organizaciones de la sociedad civil para propiciar un debate sobre la calidad de los medios de comunicación y en el que participen todos a fin de identificar los retos que tienen los medios de comunicación para entregar una información más útil para la ciudadanía.
¿Cuáles han sido los ejes sobre los que ha trabajado el Observatorio?
Hemos realizado cuatro observaciones. La primera fue sobre la cobertura electoral de los medios digitales en la segunda vuelta de las presidenciales en el 2016; la segunda, sobre la violencia de género, acerca de los roles de género en los noticieros de televisión, en el segundo semestre de 2016; la tercera, acerca de la cobertura noticiosa por la emergencia de El Niño costero; y la cuarta, acerca de la prensa escrita en el marco de los temas de corrupción por los casos Lava Jato y Odebrecht.
¿Cómo puede el Observatorio ayudar a los medios en el desempeño de su función?
Con los resultados del OUM, los periodistas, directores, productores y conductores de medios pueden reflexionar críticamente acerca de su trabajo, identificar a qué le están dando más prioridad, más importancia y ver si es posible balancear la información de otra manera, principalmente para permitir formatos que propicien más contexto, más background, más comprensión por parte del público de los fenómenos que vienen ocurriendo.
Solo así se propiciará un rol del ciudadano más empoderado y no como de víctima. Esto mejorará la calidad, digamos como de nivel científico, de la información en la televisión, en los medios en general que es todavía bastante deficitaria. En suma, los resultados del OUM, debería servirles a los responsables de los medios de comunicación para mirar críticamente su propio trabajo.
¿Se ha tenido una retroalimentación de los medios? ¿Qué es lo más valioso que han rescatado?
Hemos tenido tres diálogos con representantes de algunos medios, con los encargados de la producción. Para nosotros son muy enriquecedoras sus opiniones, para mirar desde el otro lado la situación, pues los medios nos indican la situación de competencia en la que ellos se encuentran por concitar la atención del público.
Hay que tener en cuenta que, el afán de los medios va por el rating en la tv; el clic, en la web y la lectoría en los impresos, y muchas veces la información que tiende a mayor contextualización o profundidad no atrae de la misma manera al público. Esto nos permite entender las dinámicas de producción, sus obligaciones y cómo los productores de medios responden a esta compleja realidad. Ante ello nos queda insistir en un diálogo tripartito.
Están los medios de comunicación, la academia y el público. Se tiene que trabajar con este último para motivarlo a una mayor exigencia en cuanto a una demanda de información de mejor calidad, porque muchas veces es el mismo público el que busca o acepta informaciones o materiales comunicativos que tienen poca profundidad o contextualización.
Hay que trabajar en ambas dimensiones, de los medios y los consumidores, para lograr un círculo virtuoso que mejore la calidad de la información que está en el dominio público.
¿El OUM es un instrumento para combatir la corrupción?
Así es, el Observatorio es un instrumento que permite fortalecer la democracia, pues una ciudadanía bien informada, que entiende los problemas públicos, que tiene una opinión fundamentada, puede participar y tomar decisiones en el escenario público. De lo contrario, una ciudadanía que tiene información de mala calidad, forma parte de una democracia deficitaria.
Por eso consideramos que una labor de fiscalización, de análisis crítico de los medios que permita entrar en una dinámica de mejora progresiva y profundización del contenido mediático va a brindar herramientas para una ciudadanía más activa, más informada y que pueda aprovechar mejor las oportunidades de participación que brinda la democracia.
¿Cuál es el dato más revelador, más sorprendente que se ha hallado mediante el OUM?
Se ha encontrado es que hay una tendencia a formatos que no propician la contextualización, la profundización por lo que la nota informativa de corte más simple y el breve son las notas más predominantes, los formatos tanto en prensa escrita como televisiva y digital, y esto va asociado a un tipo de cobertura en la cual hay poca diversidad de fuentes, hay poco background, poca contextualización.
Esto reafirma la preocupación por una ciudadanía poco informada o que no tiene la suficiente información sobre el contexto y causas de los problemas de la sociedad.
¿Cree que el modelo del Observatorio se debería replicar en las regiones del país?
A nosotros nos interesa mucho promover la creación de una red de observatorios a nivel nacional porque obviamente, desde acá, de Lima, desde la Universidad Antonio Ruiz de Montoya y la Fundación Mohme, que impulsan este Observatorio de Medios, no tenemos la capacidad logística, operativa, ni el equipo humano como para abarcar toda la información que se produce en el país y es muy diferente la que circula en las ciudades, en Arequipa, en Cusco, en Trujillo, en Piura, en Iquitos, en Ica, en Chimbote, es muy diferente a la que se produce acá, en Lima.
Entonces, para poder tener una imagen real de cómo se está produciendo el proceso de información pública en el país no basta con un Observatorio ubicado en Lima sino que se necesitaría una alianza con grupos en todas las regiones que sea posible para poder realizar esta vigilancia de una manera más integral, más completa.