Radio Cutivalú: frecuencia alternativa. La victoria que los agricultores del valle de San Lorenzo y los pobladores del distrito de Tambogrande tuvieron sobre la empresa Manhattan Minerals Corp. es un hecho memorable en la historia de Piura y del Perú. En aquellos tiempos (2005), de ánimos polarizados, los reporteros de la piurana radio Cutivalú eran los únicos con luz verde para ingresar a la zona en conflicto e informar sobre lo que sucedía. Como entonces y desde sus primeros días, la emisora rechaza hasta hoy la mercantilización de la noticia y, pese a eventuales dificultades, mantiene su compromiso con la ciudadanía y con la veracidad.
La periodista Belia Concha trabaja desde hace 22 años en radio Cutivalú, mientras que Carlos Chunga llegó a la emisora piurana hace apenas un año y medio. Sin embargo, las impresiones de su centro de trabajo son idénticas. “Cuando recién empecé y cubría las protestas de los agricultores por el tema del arroz, de los impuestos, hubo un paro y a mí me tocó ir a Tambogrande. Yo estaba almorzando en un restaurante y escuché que la gente decía ‘dicen que ya suspendieron el paro’, y un señor preguntó: ‘¿Ya lo dijo Cutivalú?’ ‘No’, le contestaron. ‘Entonces, sigamos hasta que lo diga Cutivalú’”, recuerda ella. Y él comenta: “La gente confía mucho en el medio. Creo que el nombre Cutivalú pesa, porque la gente sabe qué es Cutivalú. Sabe que es un medio serio, independiente, con una línea cercana a las personas, al pueblo. La gente se acerca y declara; espontáneamente, comienza a hablar y a explicar”, cuenta.
Luis Lozada Gallardo, quien está próximo a cumplir un año en la dirección del medio, tras haber recorrido todos los cargos, desempeñándose en todas las áreas, durante cerca de un cuarto de siglo, resume lo dicho por los miembros de su equipo, de la siguiente manera: “Somos una marca, si queremos hablar así. Somos un producto diferente, y eso es lo que nos ha posicionado, porque ser diferente da identidad, respeto, presencia y reconocimiento”, señala.
En tal sentido, el directivo apunta a la importancia de que toda persona o grupo exprese una apuesta y una propuesta políticas –no partidarias, aclara–. Y explica que las de Cutivalú consisten en ofrecer una alternativa a un modelo que lejos de ser solo económico, constituye una filosofía; una cultura que se caracteriza por el individualismo y que ha provocado que el ser humano y su bienestar dejen de ser una prioridad, en beneficio de la ganancia material, incluso en escuelas, hospitales y medios de comunicación.
Así pues, la radio se define como un canal de expresión para todos los sectores y como un puente favorable al encuentro entre ellos, a fin de promover su fortalecimiento, la construcción de ciudadanía y el desarrollo regional. Creada en 1986, como proyecto operativo del Instituto Teleducativo Los Tallanes (INTELTA), que promueve la Compañía de Jesús (Jesuitas), Cutivalú surgió de la necesidad que sintieron los miembros del equipo de la ONG CIPCA (Centro de Investigación y Promoción del Campesinado) de contar con un medio, a través del cual su población objetivo pudiera hacer escuchar su voz. Y aunque las migraciones y el crecimiento urbano han generado que su público ahora también sea citadino, siempre se favorece el punto de vista de las poblaciones más alejadas o silenciadas: “Tenemos una red de corresponsales en varios distritos. Son personas del lugar que permiten entender un problema, una situación crítica, desde la perspectiva de quien vive en el lugar donde el hecho está ocurriendo, y eso es muy enriquecedor”, refiere Carlos Chunga. Llama así la atención sobre una forma en que la emisora concreta su reconocimiento de la comunicación como un derecho humano.
Alejado de afanes que en otros medios son el pan de cada día, como la búsqueda de la primicia, el rating o el avisaje a cualquier costo, el equipo de Cutivalú se reúne semanalmente para definir cuáles son los dos temas primordiales que no pueden faltar en la programación y que, consecuentemente, son abordados a través de informes, entrevistas y cuñas. Estos suelen estar enmarcados por una agenda temática anual acorde con la opción jesuita preferencial, que es por aquellas personas que tienen menos accesos, menos recursos y, por lo tanto, están más desprotegidas. “Entonces, no todas las noticias serán pasables por la radio. No todo lo que suceda puede pasar. No podemos estar metidos en todo, sino que tenemos que ser lo suficientemente selectivos para intentar dar a las personas lo que les sirva para decidir mejor”, anota Lozada.
Del mismo modo, Belia Concha, responsable del Área de Proyectos, destaca que no cualquier empresa u organización tiene luz verde para trabajar con la radio que se financia por avisaje, aportes de la cooperación internacional y prestación de servicios, como consultorías, por ejemplo: “Hace poco vino la minera Río Blanco. Quería una consultoría en temas de comunicación. Al final decidimos no asumirla porque ya sabíamos que eso iba a generar una reacción negativa de la población”, cuenta la comunicadora. “Se nos cerró una posibilidad de financiamiento grande, pero nos tenemos que mantener fieles a la población”, sentencia.
No es de extrañar, entonces, que los incentivos que tienen los trabajadores de Cutivalú sean diferentes a los económicos. “Nuestros sueldos son bajos. Entonces, tenemos que desarrollar otros intereses en nosotros mismos: el compromiso social, las oportunidades de capacitación, el buen clima laboral, el diálogo horizontal. Todo eso es lo que nos ayuda a mantenernos como equipo”, asegura Concha.
“Aquí estoy en mi pepinal”, dice una sonriente Melissa Alzamora, quien luego de conducir programas musicales para jóvenes durante casi una década, en otras emisoras, llegó recientemente para asumir labores informativas. “Nunca me sentí tan cómoda como en este lugar, porque acá valoran el trabajo. Saben que no son horas que una pasa solamente hablando, sino que se tiene que investigar, leer. Y, a diferencia de otros sitios, donde cada uno se dispara por su lado, acá se busca la integración. Además, a la mujer se la respeta muchísimo y a mí misma me han cambiado el chip en ese sentido”, confiesa.
Ficha técnica
1 Cutivalú transmite en 630 AM y 107.9 FM, de 5:30 a.m. a 7:30 p.m., de lunes a viernes, y de seis de la mañana a siete de la noche, los sábados y domingos. Además, difunde información a través de su página web (www.radiocutivalu.org), en su canal de Youtube y en su muro de Facebook.
2 Su programación se enfoca en el acontecer de la región, pero en el espacio “Otra mirada” rebota información nacional de medios afines, como Ojo Público, Útero, La Mula, Wayka, La República y Hildebrandt en sus Trece.
3 La emisora es miembro de ALER (Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica), AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias), de la Red de Radios Jesuitas de América Latina, y próximamente se integrará al MOCICC (Movimiento Ciudadano por el Cambio Climático).
4 El nombre de la radio recuerda y rinde homenaje a Lucas Cutivalú, un curaca Tallán que, en el siglo XVI, logró para Catacaos el reconocimiento a perpetuidad de la propiedad de sus tierras y de su autonomía como comunidad.
5 A través de su Área de Proyectos, el equipo trabaja por la reducción y desaparición de las brechas de género en la región.