Por: María Elena Hidalgo y Doris Aguirre (semblanza publicada en La República)
Los que recuerdan a Gustavo Mohme Llona destacan que nunca renunciaba a una causa justa y que cuando se sumaba a alguna, por muy difícil que fuera, continuaba hasta el final. Sea en casos de violaciones de los derechos humanos, la defensa de los trabajadores y más necesitados, o la lucha contra la corrupción. Y lo hacía porque era un hombre justo. Eso era lo que definía su carácter, voluntad y determinación.
Este 25 de abril del 2023, el fundador de La República, “Papá Mohme”, cumpliría 93 años. Falleció el 23 de abril de 2000, dejando un legado de pasión por la búsqueda de la verdad y la justicia, que se refleja en la línea editorial del diario.
El 16 de noviembre de 1981 se publicó el primer ejemplar de La República y en 1985 Gustavo Mohme Llona fue elegido congresista, coincidiendo con el periodo crítico del conflicto armado interno, en el que perdieron la vida dos reporteros, el fotoperiodista Jorge Sedano Falcón (1983) y el corresponsal en Huanta, Ayacucho, Jaime Ayala Sulca (1984).
Reelegido senador en 1990 —periodo interrumpido en 1992 por el golpe de Estado de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos—, y luego como congresista entre 1995 y 2000, Gustavo Mohme Llona tuvo una activa participación en las comisiones investigadoras de las matanzas perpetradas por las fuerzas del orden en agravio de campesinos, enterrados en fosas comunes, como en Pucayacu (1984), Cayara (1988) y Cachi y Chilcahuayco (1990), entre otros casos. Cuando los gobiernos de turno pretendieron ocultar la responsabilidad de las fuerzas de seguridad, Mohme presentaba otro documento con información incriminatoria.
“Gustavo Mohme Llona ha sido una persona de la que se puede decir que era un aliado de las causas justas. Ha sido siempre un aliado de la búsqueda de la verdad, en su papel como político y congresista, pero también como director de La República”, recuerda Gloria Cano, de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh).
Primero la verdad
Mientras tanto, en La República se ofrecía amplio espacio a los reportajes sobre los asesinatos masivos que se habían convertido en política contrasubversiva con un alto costo de víctimas inocentes. Aunque recibía amenazas de sectores recalcitrantes, incluyendo a los grupos terroristas, Gustavo Mohme Llona mantuvo firme la línea editorial de relatar los hechos, instando a los periodistas a trasladarse hasta los escenarios de los episodios violentos para que hablaran directamente con los testigos, las víctimas, los pobladores. El fundador de La República era muy riguroso con la información.
Esos sectores de los uniformados que se sentían afectados por los destapes de este diario sobre abusos durante el conflicto armado llegaron al poder con el golpe de Estado fujimorista del 5 de abril de 1992: Vladimiro Montesinos asesoró al general EP (r) José Valdivia Dueñas, uno de los principales acusados de la matanza de Cayara. Es más, Valdivia fue condenado por su participación en el secuestro del periodista Gustavo Gorriti, el mismo día de la asonada.
Esta relación explica por qué la noche del golpe de Fujimori, Montesinos y el general Nicolás Hermoza Ríos, una patrulla del Ejército intervino en la redacción de La República y prohibió que se publicaran noticias sobre el golpe. Al día siguiente, el periódico apareció con páginas en blanco: era el espacio de la información censurada.
La ruta de la democracia
Como resultado, cuando regresó al Congreso, en 1995, Gustavo Mohme Llona emprendió una resuelta lucha contra la autocracia fujimorista. Y también, por supuesto, contra la corrupción.
En efecto, siendo legislador, promovió la investigación de la Caja de Pensiones Militar Policial, que había sido secuestrada por la mafia de Vladimiro Montesinos y la cúpula castrense y policial, que desfalcó la institución en agravio de miles de pensionistas de los institutos armados y de la Policía Nacional.
Al mismo tiempo, La República publicó varias investigaciones sobre la compra de equipos militares, como las aeronaves de combate MiG-29 y Sukhoi-25 a precio sobrevalorado. En esa época, este periódico era uno de los pocos que ventilaba las corruptelas del fujimorismo.
Como resultado, Fujimori y Montesinos, con el respaldo y financiamiento de las Fuerzas Armadas, ejecutaron planes de seguimiento a Gustavo Mohme Llona y a varios periodistas de La República. Luego se les aplicó el espionaje telefónico y a continuación se desató una campaña de desprestigio desde la “prensa chicha” contra Mohme y los reporteros.
Sin embargo, el fundador de este diario mantuvo inalterable la línea editorial, desafiando al régimen autoritario.
El precio de la libertad
Paralelamente, Gustavo Mohme Llona sumó sus esfuerzos por la restitución de la democracia y en defensa de los trabajadores que fueron víctimas de despidos masivos.
“En los momentos más críticos para los trabajadores, Gustavo Mohme Llona nos abría las puertas de su despacho de congresista y las páginas del diario La República, que dirigía. Este periódico fue uno de los pocos que ofrecía información sobre la lucha de los trabajadores contra el fujimorismo. “Y estuvo junto con los trabajadores cuando fue asesinado por el Destacamento Colina nuestro líder Pedro Huilca Tecse”, recordó la dirigente de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), Carmela Sifuentes Inostroza.
El sociólogo Santiago Pedraglio Mendoza, quien compartió con Gustavo Mohme Llona la experiencia de Izquierda Unida, rememoró la actuación del fundador de este diario.
“Tengo el recuerdo de Gustavo Mohme de la época de Izquierda Unida, el recuerdo de él como una persona muy dialogante, una persona que rara vez se ha molestado. Una persona con capacidad para conversar en momentos en que, por circunstancias políticas, podía tener diferentes opiniones. No se dejaba llevar por las personas, tenía mucha capacidad de dialogar y ese para mí es el recuerdo más fuerte de Gustavo Mohme, de una persona muy cordial, con mucha empatía”, explicó Pedraglio.
En 1993, Gustavo Mohme Llona fue parte del Comité por el No, que se opuso a la Constitución de 1993. Seguidamente, fue parte del Comité Cívico por la Democracia, plataforma desde la que instó investigar las matanzas de Barrios Altos, La Cantuta y El Santa, siguiendo la misma línea que impulsó en los años 80. También forjó iniciativas políticas contra la gran corrupción del gobierno fujimorista, cada vez más evidente.
En 1994, contribuyó a la fundación de Unión por el Perú (UPP), que lanzó al candidato Javier Pérez de Cuéllar. Luego sería una uno de los promotores del Foro Democrático y de la Coordinadora de los Frentes Regionales, que enfrentaron al régimen autoritario.
Y en 1999, Gustavo Mohme Llona fue uno de los principales animadores del Acuerdo Nacional que firmaron 14 partidos democráticos ese mismo año. Los participantes fijaron posición contra la re-reelección de Fujimori, el copamiento de las instituciones democráticas, la corrupción generalizada y la impunidad.
“En momentos como los que vive el Perú hoy en día —reflexiona la excongresista Gloria Helfer—, debe de recordarse con respeto y reconocimiento a la figura de Gustavo Mohme Llona, porque justo es el tipo de persona que necesitamos, la que pone sus capacidades al servicio de un propósito y objetivo de país”.
FIN
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