Sobre el resultado destacó tres aspectos: 1) se demuestra una cobertura basada en la anécdota y una cobertura basado en el análisis del fenómeno, 2) los ángulos sobre los hechos están más mediatizados que los enfoques de análisis, 3) entre las noticias existe criticismo y negativismo, ángulos que puede generar desafección y cinismo hacia la política.
Aquí compartimos el video de la presentación de los resultados.
¿Cómo ha venido tratando la prensa peruana las denuncias de corrupción? ¿A qué tipo de debate público contribuye ese tratamiento? Estas son las preguntas que animaron al Observatorio Universitario de Medios a centrar su cuarto proceso de análisis de medios en el caso que ha estado en el centro de la coyuntura peruana desde el 2017: Lava Jato.
El caso Lava Jato es, sin duda, el megacaso de corrupción más grande que haya enfrentado la región latinoamericana. El descubrimiento de las redes de corrupción que vinculaban a grandes empresas de infraestructura con actores políticos de todas las tendencias ha golpeado a la clase dirigente de diversos países de la región, y el desenlace -judicial y político- de este proceso es aún incierto.
Más allá del caso específico, Lava Jato ha develado prácticas que han sido comunes durante décadas: el vínculo íntimo entre empresas y políticos, el “diezmo” en la obra pública, el financiamiento privado de campañas políticas como mecanismo para cimentar amistades y redes de contactos.
Perú es, después de Brasil, probablemente el país en el que el impacto político de este caso ha sido mayor. Un Presidente en funciones fue destituido por el Congreso; un ex presidente sufrió prisión preventiva durante nueve meses; otro ex presidente se encuentra fugado en los EEUU; y la lideresa de la oposición en el actual quinquenio enfrenta un pedido de prisión preventiva por parte de la Fiscalía. El descrédito de la clase política es enorme.
La pregunta es ¿qué va a salir de todo ello? ¿Será esta una oportunidad para que el país renueve su clase política y establezca nuevas reglas de juego que impidan que se repita una vez más nuestra larga tradición de corrupción? ¿Significará esto que la opinión pública se volverá menos tolerante a la corrupción, y estará más atenta y con mayor ánimo fiscalizador? ¿Caerá en el olvido el famoso lema de “roba, pero hace obra”?
O, por el contrario, ¿la triste constatación de que “todos son iguales” llevará al público a una actitud más cínica? Porque si “todos roban” entonces ¿qué sentido tiene indignarse ante la corrupción? En última instancia, el descrédito de los políticos tiende a ser también el descrédito de la democracia, y un contexto ideal para liderazgos que proponen dejar de lado los valores cívicos y reemplazarlos por la “eficiencia” de una autoridad fuerte.
Qué camino tome nuestro país depende mucho del tipo de debate público al que de origen esta crisis. Y en ese debate, el rol que cumplen los medios de comunicación es crucial.
Los hechos recientes en el Perú confirman el papel vital de los medios de comunicación para poner en agenda temas como la corrupción, y en abrir espacios que permitan caminos de reforma. El reciente caso de los CNM Audios, que ha derivado en última instancia a un proceso de reforma constitucional tanto en lo político, lo electoral y lo judicial, no se habría conocido sin el papel que jugaron los medios de investigación periodística, y además no habría tenido el impacto político que tuvo de no haber sido recogida por los medios de comunicación de alcance masivo.
Así pues, los medios tienen un papel central en la construcción de la agenda pública. Pero además tienen un papel clave en el encuadramiento de dicha agenda, al resaltar enfoques, aspectos y actores. Por supuesto que los medios no cumplen este papel en solitario, puesto que otros factores, tales como la actuación de la propia clase política, las organizaciones de la sociedad civil, las interacciones en redes sociales, y el juicio crítico del público, también intervienen en esta construcción del debate colectivo. Sin embargo, la responsabilidad que tienen los medios es especialmente importante, en la medida en que son la principal fuente de informaciones y narrativas que permiten al ciudadano construirse una imagen mental de lo que ocurre en el país. En ese contexto, en agosto de 2017 se inicia el proceso de observación de medios sobre corrupción.
Para este observatorio, se ha utilizado tres enfoques que se complementan entre sí que permiten una visión general de la cobertura sobre el tema: en primer lugar, un análisis cuantitativo de las noticias aparecidas en las portadas de los siete principales diarios impresos de Lima Metropolitana; en segundo lugar, un análisis cualitativo del contenido de algunas noticias específicas relacionadas con los principales casos aparecidos en medios; y en tercer lugar, un análisis cuantitativo de las noticias aparecidas en tres portales web enfocados en investigación periodística. Toda la muestra estudiada corresponde al período abril – setiembre de 2017. Sin embargo, en el 2018-I se decidió trabajar con
una muestra más pequeña. Este reporte se centra en tres ejes principales:
a) Conocer la agenda periodística del período estudiado, tanto en lo que se refiere a los temas generales, como a la conformación de la agenda específica relacionada con los temas de corrupción. En este eje, se constata la importancia que ha tenido en el período observado la
temática de corrupción, que ha llegado a ocupar casi el 10% de los titulares de las portadas de los medios impresos, y hasta una quinta parte de los titulares principales y de mayor jerarquía.
Respecto de la agenda específica, se encuentra diferencias importantes entre los medios impresos y los digitales: mientras que para los primeros el grueso de la agenda ha estado concentrada en dos o tres casos, los segundos han tenido una agenda más diversificada, y más enfocada en entender el caso Lava Jato en su conjunto.
b) Evidenciar el equilibrio informativo. Se observa poco equilibrio al momento de permitir que los personajes acusados de hechos de corrupción expresen su versión con su propia voz. Mientras en el caso de algunos personajes hay mayor equilibrio, pues su voz está presente
con frecuencia en las portadas y está destacada en las notas interiores; en el caso de otros personajes esto ocurre con menor frecuencia.
c) El encuadre de las noticias, entendido como la capacidad de los medios de escoger un enfoque y resaltar o invisibilizar aspectos de un determinado tema. Este rol es muy importante por su papel en el proceso de dar forma a la agenda pública.
Se encuentra aquí un reto que es consistente con lo que se ha ido identificando en anteriores observaciones: la cobertura de los medios tiende a enfocar el árbol, pero tiene dificultades para mostrar el bosque. La cobertura es excesivamente “casuística”, centrada en el desarrollo de los casos en términos penales, pero que no tiende a brindar elementos al público para entender los contextos en los que se desarrollan los hechos, ni para elaborar un juicio crítico sobre las causas, consecuencias y soluciones de los mismos. Además, se observa que el peso del discurso judicial / fiscal es muy grande, en desmedro de otros tipos de discurso que también son importantes, tales como el político, el programático / legal, el social, entre otros.
Este monitoreo tiene, por supuesto, un conjunto de limitaciones. La primera es, sin duda, la muestra. Si bien se ha tratado de ampliar la muestra lo más posible para reducir el peso de los giros coyunturales, aún, así esta queda reducida para el volumen y velocidad de los acontecimientos. El período observado no alcanza a registrar ni la crisis política generada hacia fines del 2017, que culminó con la vacancia presidencial, ni el caso de los CNM Audios, que explotó hacia julio de 2018, ni la prisión preliminar sufrida por Keiko Fujimori en la segunda mitad de este año. Sin embargo, ello no resta validez a los aspectos que se consideran más “estructurales”, tales como el encuadre
“casuístico”, la tendencia hacia una cobertura poco equilibrada, y los procesos que influyen en la conformación de la agenda periodística.
Otra limitante, sin duda, es la ausencia en esta observación de un análisis del papel de la televisión y la radio, que tienen un peso muy principal en la formación de la agenda pública. Pese a ello, se tomó la decisión de concentrarse en la prensa escrita y digital, en las cuales se produce mayor información sobre los temas políticos. Observar cómo esta información se refleja en los medios audiovisuales, y
cómo ello incide en la agenda pública, son retos que sería importante poder afrontar. Este trabajo brinda elementos que permiten un debate y una reflexión mayor en torno al papel que vienen jugando los medios en el contexto de la precaria democracia peruana, y especialmente sobre el rol que podrían jugar. Un debate en el que deben participar, en primer lugar, los propios medios de comunicación, así como la academia y la sociedad civil en general.
De este modo, en el primer capítulo se abordan aspectos metodológicos del presente informe; en el segundo se muestra la agenda noticiosa encentrada en los medios impresos y digitales; en el tercero, se trata el equilibrio informativo propuesto para las noticias; en el cuarto el tema del encuadre noticioso y finalmente, se precisan las conclusiones y recomendaciones.