El cuarto webinar “Agenda educativa: avances y riesgos”, realizado por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y la Fundación Gustavo Mohme Llona, dejó una serie de reflexiones sobre aspectos fundamentales para la educación peruana: el futuro de la carrera pública magisterial y la meritocracia, la permanencia del currículum basado en el enfoque de derechos, y el retorno a las clases presenciales.
Estos tres temas fueron analizados por los exministros de educación Patricia Salas y Ricardo Cuenca, además de la investigadora y directora del IEP, Natalia González, y el docente de Piura Miguel Lizano.
Más que un abanico de soluciones, las siguientes líneas son una invitación al debate público desde la ciudadanía y la comunidad educativa, para incidir en el gobierno, a efectos de que pueda enfrentar en mejores condiciones el futuro de la educación peruana.
1. La carrera pública magisterial y la meritocracia
Frente a iniciativas anunciadas sobre un posible retroceso respecto de la carrera pública magisterial, la exministra Patricia Salas plantea como primer desafío su fortalecimiento, pero poniendo aún más al maestro en el centro de los procesos educativos.
“El estado tiene una responsabilidad particular sobre eso: en lugar de reducir la relación con el magisterio a lo laboral, o a si tenemos o no evaluaciones, podemos establecer también un conjunto de relaciones más variadas y complejas que tienen que ver con cómo ayudamos a que los maestros quieran hacer las cosas que tienen que hacer”, explica.
Patricia Salas hace hincapié en que son los maestros quienes finalmente implementan las políticas educativas en las aulas. En esa línea, plantea la necesidad de que el gobierno implemente mecanismos de motivación a los docentes. “Con frecuencia o casi nunca el estado se ha preocupado de tener elementos motivadores”, cuestiona. Estas motivaciones deben ir desde las remuneraciones, pasando también por el tema de los materiales educativos, la infraestructura, un currículum claro y las capacitaciones.
Si bien la carrera pública magisterial tiene que ver también con la meritocracia, Patricia Salas advierte aquí una palabra “tramposilla”. Y agrega: “no todos los maestros y maestras entran a la dinámica meritocrática en iguales condiciones. Cómo hace un maestro rural, que trabaja alejado de la ciudad, para capacitarse en el mismo ritmo que lo puede hacer un maestro que está en el medio urbano”.
Desde su experiencia, el docente Miguel Lizano refuerza esta problemática no atendida por el estado. “Sucede que hay profesores de las zonas rurales que no lo pueden hacer (capacitarse) u otros cuya carga familiar no les permite tener posibilidades de desarrollo”, precisa.
“La carrera pública magisterial no solo es necesaria, sino que es fundamental”, agrega el exministro de Educación Ricardo Cuenca, quien además expone cifras para el análisis: “La carrera magisterial debe fortalecerse porque, a pesar de tener casi diez años de implementación, en estricto, del 60% del magisterio que está nombrado, solo el 8% ha ingresado por sistemas meritocráticos”.
2. La permanencia del currículum
Un segundo desafío es la vigencia del currículum educativo vigente desde el 2016. “Lo más importante de este currículo es que está basado en un enfoque de derechos y de desarrollo de una serie de competencias, fundamentalmente las competencias ciudadanas”, apunta la investigadora Natalia González.
“El currículum (del 2016) es una guía muy importante que prioriza los valores en la persona, una educación ciudadana que me parece muy importante mirar con atención para poder formar las generaciones del presente y del futuro”, agrega, por su parte, Miguel Lizano.
Patricia Salas destaca que el presente currículum entra a la vena política, al desarrollar temas que ahora son el blanco de ataques como el enfoque de género y la memoria y la historia reciente. “El currículum siempre es una decisión política, que tiene que ver con cómo una sociedad decide qué se va a enseñar y cómo se va a enseñar”, precisa.
Pero además destaca que un principal actor en la implementación del currículum es el maestro o la maestra. “Y eventualmente son los grandes abandonados en las reformas curriculares”, critica.
Por su parte, Ricardo Cuenca advierte un escenario peligroso respecto al debate generado en el ámbito político sobre el currículum y tiene esto que ver con un país polarizado. “Se vuelve muy peligroso porque la discusión puede no darse, sino surgen posiciones atrincheradas”, precisa, además de alertar que estos escenarios se impone solo la postura de quien tiene más poder. En su opinión, incluso las fuerzas políticas deben establecer acuerdos, en función a “objetivos superiores, colectivos y públicos que están por encima de los intereses particulares”.
3. Retorno progresivo a las clases
Tanto Ricardo Cuenca y Patricia Salas consideran como un error el intentar asumir el retorno a clases como si no hubiera pasado nada, en relación con la pandemia.
Para empezar, plantea que desde el sector Educación se debe pensar, en todos los niveles, desde un enfoque curricular. “No será un retorno de ocho horas, de lunes a viernes, y por lo tanto se tiene que pensar también en cómo se desarrollan estos contenidos curriculares”, reflexiona.
Cuenca habla de un doble desafío en el retorno a clases presenciales: la adaptación del currículum a un esquema híbrido y la adaptación también de los docentes a esta etapa post pandemia.
El profesor Miguel Lizano subraya además que la pandemia ha afectado a toda la sociedad y a las familias, y eso no puede dejarse de lado en los procesos educativos.
La exministra Patricia Salas coincide en esto y apunta que el componente socioemocional debe ser tomado en cuenta, pues las familias han sido afectadas por razones que van desde el estrés, la pérdida de empleo y situaciones más graves como la pérdida de un ser querido.
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