Es innegable que la expansión de la Covid-19 ha impactado en el periodismo. Todo lo referente a la enfermedad por coronavirus ha acaparado la agenda mediática. A diario, los periodistas procesan las cifras de la pandemia, reportan las medidas que dispone el gobierno e, incluso, persiguen a las personas que infringen el confinamiento obligatorio. Así, la cobertura periodística se ha envuelto en una misma rutina.
Ante este escenario, el periodista Marco Sifuentes propone cuatro puntos para establecer una agenda diferente que «se sacuda de la inercia de recibir y trasladar datos oficiales» y que se remueva de la pasividad de «nuestro propio oficio, de lo que venimos considerando periodismo hasta ahora».
Reafirmar nuestra independencia
Si bien, en estos momentos, las redacciones dependen de la información que proporciona el gobierno, los periodistas deben cuestionar los reportes oficiales de buena voluntad, sin caer en la desinformación, recomienda Sifuentes. Aclara, por ejemplo, que objetar la compra de pruebas rápidas solo se explica por mala fe del reportero. En cambio, sí es válido cuando el gobierno lleva un mal seguimiento de las cifras de la Covid-19. Para ello, es necesario que el periodista esté informado. Agrega que un punto clave es exigir la liberación de los datos.
Hacer periodismo comparado
«El periodismo peruano suele mirarse mucho el ombligo, pero lo que estamos viviendo es una situación única en la que literalmente todo el mundo está pasando por lo mismo», comenta Sifuentes. En ese sentido, sugiere a los periodistas la posibilidad de comparar la situación que acontece en Perú con el resto países. Asimismo, hacer periodismo comparado entre la regiones del país también es válido, enriquece la calidad informativa. «Lambayeque está colapsando, ¿es solo porque la gente no obedecía la cuarentena? De pronto, hay algo más allí», cuestiona.
Hacer servicio público
Un elemento fundamental del periodismo es brindar un servicio público. Los periodistas, no solo informan, sino son mediadores. Sifuentes menciona que no solo se transmite información periodística, sino también útil, que le permita al ciudadano tener herramientas. Del mismo modo, debe ofrecer un servicio desde la empatía. En Argentina, por ejemplo, a través de una denuncia, se logró restaurar la electricidad en un barrio. «[Los reporteros] no están persiguiendo a los más pobres, no les meten el micro, sino los están ayudando».
Luchar contra la desinformación
Ahora más que nunca el periodismo debe luchar contra la desinformación. Sifuentes señala que incluso antes de la pandemia la lucha contra las fake news era un reto que el periodista estaba obligado a asumir. En estas circunstancias, la población de riesgo, los mayores de 65, son los más expuestos a bulos que corren por Whatsapp, dice el exdirector de Utero.pe. Advierte que una noticia falsa en estos días puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Es obligación del reportero desactivar estas campañas de zozobras. Ahora más que nunca el periodismo debe hacer bien su trabajo