El propio entorno, el Perú como Estado y la diversidad son los tres temas que respectivamente aborda la serie de los libros “Nuestro país”, cuyo uso en los grados primero, segundo y tercero se inició este año. Estos materiales didácticos, elaborados por el IEP, en alianza con la Fundación Mohme y el Jurado Nacional de Elecciones, son parte del “Proyecto Democracia: construyendo ciudadanía desde la escuela” y han sido muy bien recibidos por grandes y chicos, en las aulas.
Faltan poco para las once de la mañana y en el aula del tercer grado “B” de primaria, del Instituto Educativo San Martín de Porres, de Villa El Salvador, 32 niños y niñas de entre ocho y nueve años con las justas logran mantenerse quietos sobre las pequeñas sillas que los ubican ante también pequeñas mesas de colores. Como para que no se les olvide el lugar al que siempre deben volver, cada uno de ellos tiene adelante un cartelito de cartulina con su nombre: hay un sitio para Sofía y otros para Lisset, Nélida, Gonzalo, Lionel, Madeley, Alexandra, Luis, Gabriel, Luana, Félix y, así, sucesivamente, para cada niño y cada niña del salón. Solo Sebastián tiene un lugar al lado del pupitre de la “miss”, “privilegio” que se ha ganado por una inquietud que, además de constante, resulta peligrosamente contagiante.
Sin embargo, basta con que Nora Ramos ingrese al lugar y se dirija en voz alta a su infantil audiencia, para que todas las miradas se dirijan hacia ella y todos quieran responder a sus preguntas, algunos levantando primero la mano, otros, más audaces, simplemente lanzando, impacientes, esas respuestas a través de las cuales esperan aprobación:
- “¿Qué hemos estado viendo? ¿Sobre qué hemos estado hablando?”
- “¡Sobre la contaminación!”, grita Leonardo.
- “¡Sobre cómo somos los peruanos!”, propone Pablo.
- “¡Sobre las lenguas!”, recuerda Aylin.
Como iluminada por una palabra mágica, la docente sonríe al escuchar esta última respuesta, asiente con un movimiento de cabeza e invita a sus alumnos y alumnas a abrir sus libros “Nuestro país” en la página 70. Un mapa del Perú, salpicado de colores, ocupa casi toda la página y es coronado por una sola palabra: “Observar”. Mientras los chicos, ya conocedores de la metodología, pasean sus curiosas miradas por la imagen, la maestra escribe algunas frases alusivas al tema del día, con plumón azul, sobre la impecable superficie blanca de la pizarra acrílica, y coloca también sobre ella, unos cartelitos de papel que reproducen textualmente algunos párrafos de la publicación. “Tenemos una primera actividad… ¿qué nos dice?”, continúa, y una voluntaria Milagros lee para toda la clase, marcando cada sílaba de cada una de las palabras que va identificando con dificultad, pero con entusiasmo: “Ca-si to-dos los perua-nos hablan español cas-te-lla-no, pero muchos peruanos también ha-bla-mos otras len-guas que son o-ri-gi-na-ri-as de nuestro país”.
Gracias a su preparación en el Instituto Pedagógico Nacional Monterrico, a su gran vocación y a los 38 años de experiencia que ha acumulado en este centro educativo, Nora Ramos sabe que lo que toca ahora es razonar junto con sus pequeños estudiantes:
- “En esa primera indicación, dice el libro que CASI todos los peruanos hablamos español. ¿Dice TODOS?”
- “¡¡¡¡¡No!!!!!” Contestan a coro, las chicas y los chicos.
- “Muchos peruanos hablamos…”, insiste ella, dejando adrede la frase inconclusa.
- ¡¡¡¡OTRAS LENGUAS!!!!, grita, nuevamente el coro, demostrando que el mensaje ha quedado claro y ha sido asimilado.
- “…que son originarias de nuestro país”, completa la idea, la docente, antes de llegar con sus alumnos y alumnas, por la misma vía de las preguntas y las respuestas, a la definición de “lenguas originarias”.
Una vez que ha quedado claro que los españoles trajeron el castellano al Perú, pero que aquí se hablaba también otros idiomas antes de que ellos llegaran, las miradas vuelven a volcarse sobre el mapa, para distinguir fuera de él a los países vecinos y dentro del mismo, a las tres regiones y los diferentes departamentos. Luego, y siempre bajo la batuta pedagógica de libro y docente, el foco colectivo apunta a la leyenda:
- “¿Qué más nos muestra el mapa?”
- “¡Una leyenda!”, responde Brissa.
- “¿Y en esa leyenda qué se ve?
- “¡Colores!”, dicen todos.
- “¿Y qué nos indican esos colores?”
- “Las lenguas que se hablan en los departamentos del Perú”, se lanza, tímida, Daniela.
- “¡En Loreto hay un montón de lenguas!”, exclama, adelantándose, un observador Mateo.
Entonces, por turnos que respetan el orden de los asientos, las chicas y los chicos, van descubriendo nombres que les resultan difíciles de pronunciar: “Ashuar, Aymara, Amahuaca, Arabela, Ashaninka, Awajún, Bora, Capanahua, Cashinahua, Cauqui, Chanicuro, Ese Eja, Harakmbut, Ikitu, Isconahua, Iñapari, jaqaru, Kapanahua, Kakataibo, Kakinte, Nahua, Puquina, Quechua…
- “¡Mi abuelito habla quechua!”, exclama, feliz, Brissa, interrumpiendo la lectura de la lista.
- “¡El mío también!”, reclama Luis.
- “¡Mi mamá también!”, grita, poniéndose de pie, Denís.
- “¡Y yo sé decir Paqarin kama!”, irrumpe, orgullosísimo, Sebastián, desde el pupitre docente.
- “¡Paqarin kama!”, aprovecha Nora Ramos, para destacar como positivo el hecho de poder hablar en varios idiomas: “¿Qué significa Paqarin kama?”, pregunta.
- “¡Hasta mañana!”, responde, Alonso, empoderado.
…shipibo-conibo, wampis…siguen leyendo, hasta terminar.
Luego toca responder el cuestionario que los obliga a mirar con aún más detenimiento los colores repartidos en el mapa: ¿Aproximadamente cuántas lenguas originarias se hablan en el Perú?, ¿En qué departamento se habla aymara? ¿Cuál es la lengua originaria que se habla en más departamentos? ¿En qué departamento del Perú hay mayor diversidad de lenguas? ¿Has escuchado hablar alguna de estas lenguas?
Rodeados de los cartelones de colores, hechos a mano, que les recuerdan a diario, desde las paredes de la habitación, los nombres de los días y los meses; los símbolos patrios; que “por favor”, “gracias” y “perdón” son palabras “mágicas”; y que lavarse la cara, las manos y los dientes son hábitos de higiene indispensables, los niños y las niñas se abocan a la tarea de ir hallando juntos las respuestas correctas y se alistan a apropiarse de este nuevo conocimiento básico.
- “¿Entonces, son 47 las lenguas originarias que se hablan en el Perú?”, quiere corroborar la maestra.
- “¡Noooo!”, responden, al unísono, las vocecitas.
- “¿Cuántas son?”
- “¡No se sabe!”, insiste Félix.
- “¡Varias!”, refuerza Mateo.
- “¡Muchas!”, recalca Brissa.
- “¡Diversas!”, concluye Luana.
Lección aprendida. Es hora de terminar la clase.
Mientras nos alejamos, seguimos escuchando las voces de los niños en competencia: “¡manan kanchu!”, “¡maymantata kanki!”, “¡canchis!”, “¡paqarin kama!”…
Testimonio docente
“Los cartelitos de apoyo que he estado colocando en la pizarra están indicados en el libro, que incluye muy buenas ideas y sugerencias. Es un material muy bueno, que nos han traído este año y que nos gustaría que se ampliara a los siguientes años, porque solo hay para primer, segundo y tercer grado.
“Es un material claro que brinda información necesaria, y que, sin embargo, a veces, no manejamos. Yo misma he actualizado datos que tenía olvidados y que no vienen en los textos del Estado. Es muy buen complemento.
“Por ejemplo, yo pensaba que los niños ya conocían su DNI, pero cuando nos tocó observarlo, los chicos iban de sorpresa en sorpresa:”señorita, el DNI se vence”, “señorita, aquí va el apellido de mi papá, de mi mamá”, y esa experiencia les ha ayudado a interiorizar la información. ¡Y lo de la lengua! Desde que vieron lo de la lengua, ya no hay quién los pare. Ellos ya valoran lo que tienen en casa y que antes no habían ni notado.
“Me gustaría que se profundice más en el orgullo nacional, que los niños pudieran aprender a valorar la riqueza que tenemos aquí.”
Nora Ramos, profesora del I.E. San Martín de Porres, VES
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