El sociólogo y docente de la PUCP Fernando Tuesta Soldevilla sostiene que la crisis de los partidos políticos continúa agudizándose en el país, a medida que los movimientos regionales van ampliando su presencia, lo que dificulta la fiscalización posterior a la elección.
A pesar de las modificaciones en las leyes orientadas a revertir la situación, esta se mantiene, señaló durante su exposición en el I Taller de Periodismo de Investigación y Fiscalización Electoral, realizado en la Universidad Nacional del Callao por la Fundación Gustavo Mohme Llona.
Un partido político tiene alcance nacional y cuenta con un nivel de negociación que no pueden lograr organizaciones de menor alcance geográfico, señaló el doctor en Ciencias Sociales. En la actualidad, existen 23 partidos políticos y, sin embargo, solo 10 de ellos tienen algún representante local o regional.
Como lo señaló Tuesta Soldevilla, en las elecciones del año 2014, solo tres partidos políticos ganaron gobernaciones regionales: Fuerza Popular (3), Alianza para el Progreso (2) y Democracia Directa (1). En el resto de casos, las gobernaciones regionales fueron ocupadas por movimientos regionales. Quienes ganan una elección con el logo de un partido político, generalmente no pertenecen a él, sino que son invitados y poco después de ingresar al poder, abandonan el partido que los acogió.
Reforma pendiente
Aunque se anunció la ansiada reforma electoral, el Congreso solo hizo algunos cambios en el marco normativo, con miras a las elecciones regionales y municipales de 2018. Entre ellos se encuentra la desactivación de los movimientos locales y provinciales. En las elecciones de 2018, se exceptúan de esta prohibición a quienes compraron su kit electoral antes de divulgarse la norma.
Por lo general, los movimientos provinciales e incluso regionales son utilizados para una elección y luego de haberse logrado el objetivo, son desactivados, tras lo cual no hay una organización que rinda cuentas por los actos que pudiese cometer la autoridad o funcionarios de su gestión. “En el Perú, no hay nada que obligue a una organización política a existir”, destacó el sociólogo.
Tuesta observa que, por lo general, los movimientos regionales o locales llevan nombres relativos al lugar de donde se originan, lo que evidencia su desinterés por llegar a convertirse en partidos políticos de alcance nacional.
“Los movimientos regionales van en aumento y los partidos políticos van disminuyendo (…). Nada hace pensar que esto va a cambiar sustancialmente”, resaltó el docente universitario.
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