Durante un año, la Universidad Ruiz de Montoya y la Fundación Mohme realizaron un trabajo conjunto de análisis de las portadas de siete medios en cuanto al tratamiento de dos temas que han concitado, como nunca antes en la historia del país, la atención de la prensa y la ciudadanía: la corrupción y la crisis política en nuestro país, por lo que es fundamental reflexionar acerca de los resultados de la investigación.
El fruto del trabajo realizado durante un año por el Observatorio Universitario de Medios (OUM) es una invitación a reflexionar acerca del rol de la prensa en contextos de corrupción y crisis política, para incidir positivamente en el fortalecimiento de una democracia débil, y en donde los políticos están desacreditados.
A partir de la observación y evaluación cuantitativa de los titulares de 84 portadas de siete medios impresos, aparecidas durante seis meses, y del posterior análisis cualitativo de los cinco casos que más atención lograron en dicha muestra, se pudo constatar que el de la corrupción fue, en dicho período, un tema importante en la agenda periodística. Sin embargo, también se hizo evidente que el equilibrio informativo no siempre fue una prioridad, y que así como unos casos fueron objeto de mayor atención que otros, las voces de algunos personajes comprometidos tuvieron más tribuna que otras.
La comparación de estos trabajos con aquellos llevados a cabo en el mismo período por tres medios digitales especializados en periodismo de investigación -en donde las agendas fueron más diversificadas y se fue más allá de los casos individuales y de la empresa Odebrecht, protagonista casi exclusiva en los otros informativos- permitió al equipo plantearse y proponer como hipótesis a discutir una preocupante dependencia de los medios impresos, de los avances en el trabajo del Poder Judicial y de la Fiscalía, así como de sus fuentes. “En más de un 50% de las publicaciones fueron difundidas noticias sobre el desarrollo judicial, fiscal o penal de un caso; no fueron dadas a conocer denuncias nuevas, producto de una investigación propia o de un análisis político. Este mero seguimiento nos lleva a temer que la cobertura del tema corrupción termine siendo eco de los intereses que se mueven en esas instancias, posibilidad que se vuelve más alarmante, luego de haber escuchado los audios sobre cómo se ha estado manejando, en buena medida, el avance de los casos”, comenta Paul Maquet, integrante del equipo docente del OUM.
Haciendo hincapié en esta falta de iniciativas, refiere que una constatación que se hizo fue que las voces consignadas en las notas fueron, en realidad, reproducciones de tuits, y que los momentos en que estas voces estuvieron ausentes coincidieron con silencios en las redes, lo cual plantea como hipótesis adicional la posibilidad de que sea ya parte de la rutina laboral depender y, por lo tanto, ser eco de las estrategias de comunicación de los personajes de la política. “Todo esto nos lleva a enfatizar en la importancia de contar con un periodismo que haga investigación y tenga una agenda propia; un periodismo que no dependa de intereses o agendas subalternas o terceras”, insiste Maquet.
Los diarios que fueron incluidos en el estudio fueron los de mayor lectoría y que, por lo tanto, pueden tener mayor influencia en la conformación de la opinión pública: Trome, El Popular, Ojo, El Comercio, Perú 21, Correo y La República.
En tal sentido, cabe destacar que entre los casos abordados figuraron aquellos vinculados al financiamiento ilegal de campañas electorales y a la adjudicación de obras públicas, pero sin ir más allá del enfoque meramente informativo, ajeno a la revisión de las causas, posibles consecuencias o soluciones, como podrían ser, por ejemplo, eventuales revisiones y/o modificaciones a los sistemas electoral o de contrataciones.
“En un contexto en el que la clase política no tiene incentivos propios para agendar estas reformas, el rol de la prensa se convierte en fundamental. Pero cuando estos aspectos no ingresan en la agenda pública, lo que se transmite es una sensación de ‘todos son iguales’ que puede conducir no a la indignación, si no a la pasividad, porque no hay soluciones a la vista”, concluye el informe.
Otros estudios
Poco antes de iniciar el monitoreo del tema que concentró sus esfuerzos durante gran parte del año, el equipo del OUM cerró el ciclo correspondiente al estudio de la cobertura del “Niño Costero” presentando los resultados de dicha observación a quienes trabajan las noticias día a día. La entrega tuvo lugar en una reunión que el profesor Maquet considera “una buena oportunidad para generar un diálogo muy rico entre gente de la prensa y académicos”; precisamente uno de los objetivos del Observatorio.
Atendieron la convocatoria periodistas de medios impresos, productores de noticieros televisivos de Lima, corresponsales de Piura y especialistas en temas climáticos y ambientales, cuyos aportes y opiniones enriquecieron también el punto de vista de los investigadores y reiteraron que hay factores extra noticiosos, más bien logísticos, que inciden silenciosamente en lo que sale al aire o a circulación.
El segundo semestre, por otro lado, marcó el inicio de un nuevo trabajo, cuyo foco de atención ha sido la labor periodística en torno al proceso electoral regional y municipal. La metodología escogida es una versión mejorada de la que se usó para observar la información difundida durante las elecciones del 2016, de modo que más adelante se pueda hacer comparaciones y arribar a más conclusiones. La nueva investigación ha prestado atención a tres aspectos de la agenda: los hechos vinculados al proceso mismo, las propuestas y programas de gobierno y los antecedentes de los candidatos. “Nos interesa saber cuál de los tres ha tenido más peso y si se ha mantenido lo que encontramos hace dos años: que la cobertura era casi un anecdotario que, sin embargo, no permitía entender qué significado tenían esos mismos hechos que anunciaba”, anota Maquet, quien promete nuevas e interesantes conclusiones para el primer semestre del 2019.
Opinión. La importancia de observar
Por Santiago Pedraglio
El trabajo de un observatorio de medios de comunicación tiene como objetivo final favorecer el ejercicio del periodismo y promover una reflexión académica sobre las comunicaciones, teniendo como premisa la construcción de una ciudadanía democrática.
No es una práctica regular tener observatorios de medios de comunicación en el Perú. Sin embargo, es una iniciativa necesaria, porque permitiría, por ejemplo, establecer una reflexión y un fructífero intercambio entre el ámbito periodístico y el académico, sobre contenidos y modalidades de tratamiento de la noticia; esto, sobre todo si universidades e instituciones vinculadas a los medios se comprometen a impulsar tales observatorios.
Una esfera previa o paralela a este intercambio se generaría entre los propios periodistas encargados de la redacción o difusión de las noticias monitoreadas por el Observatorio. Este diálogo es decisivo para el éxito del trabajo. Es, diríamos, el núcleo del esfuerzo. De ahí que resulte fundamental que el diálogo se establezca, que los periodistas sepan que habrá críticas y sugerencias, sobre la base de la buena fe y del respeto a la labor de los comunicadores, sean de prensa escrita, televisión, radio o sitios web.
Acercar el mundo académico al de los periodistas que efectúan en sus medios la labor diaria es un aspecto complementario, pero no menos importante. El empeño tendría que dirigirse a alimentar con ambas experiencias la práctica de la disciplina, el oficio, la profesión. A colaborar en la superación de los prejuicios que todavía existen de unos respecto a otros.
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